Contenido y proposito de un Texto





En sentido amplio, podemos considerar como texto un escrito de cualquier ex­tensión sobre algún tema.

En un sentido más restringido, llamaremos texto, a todo trozo seleccionado que trate de cualquier materia.

Por el fondo o contenido que desarrollan, diferenciamos los textos literarios de los textos técnicos y de los didácticos.

Al tratar sobre un mismo asunto (un pueblo, un parque, una clase de aves, un río) el historiador adoptará un enfoque, mientras que el científico, el geógrafo o el literato tomarían otros puntos de vista.

La diferencia que hay entre varios textos por su contenido y su propósito, se puede aclarar con ejemplos.

El siguiente trozo nos relata una anécdota de un hecho verosímil que pudo suceder durante las luchas de nuestra emancipación.

HEROES ANONIMOS

Acampaba el coronel realista Barreiro frente al Pantano de Vargas, y prepará­base a atacarlo la fuerza mandada por Rondón.

Un día vio éste cómo se acercaban a sus líneas dos arrogantes húsares de Fer­nando VII, en magníficos caballos, y ataviados con el vistoso traje propio del cuerpo a que pertenecían. Venían como en son de reto, a provocar un combate singular con algunos valientes patriotas.

Un zambito de caballería del Bajo Apure se presentó a Rondón y le dijo:

—¿Me da permiso mi genera, pa espanta aqueyos dos góos?

—¿Tú sólo?

—Sí, señó.

Concedido el permiso, el zambito, medio desnudo, montando en pelo en un caballo pequeño que manejaba con una jetera, se precipitó, blandiendo su lanza sobre los húsares, quienes lo recibieron a balazos: lo cual no impidió que él de­rribara de un bote a uno de ellos; el otro quiso escapar a todo correr de su caballo, mas siguiólo el zambo y de otro bote le desmontó sin vida.

Volvió al campo patriota, y cuando el General Rondón le felicitó por su hazaña, contestó con la mayor naturalidad:

—Eso no es náa, mi Generá.

 

En el texto que precede, el autor, basado en un hecho histórico, refiere en for­ma amena un episodio al margen de la historia de nuestra independencia.

El historiador seguramente no se detendrá a narrarlo, porque no es un aconte­cimiento fundamental en el desarrollo de la historia colombiana.

La anécdota puede apartarse un tanto de la rígida veracidad del hecho, pues su propósito o intención no es hacer historia, sino deleitar con la relación de un rasgo o suceso particular y curioso.

La historia, en cambio, se ciñe a lo rigurosamente verídico e importante, sacri­ficando a veces la belleza y elegancia de la expresión literaria.

Puede suceder que el historiado!,. además de investigador riguroso, sea un es­critor de las calidades literarias de Germán Arciniegas para darnos páginas de la historia nacional, tan bellamente expresadas como en el siguiente texto, extractado de su libro Los Comuneros:

Cuando los comuneros llegan a las cercanías de Zipaquirá saben la fuga del regente. Un sentimiento de rabia y despecho conmueve los pue­blos. Hay qué capturarlo, hacer en su cabeza justicia por los padecimien­tos de toda la república. Se busca ¡a un hombre resuelto que vaya en su persecución. Instintivamente, los ojos se vuelven hacia José Antonio Ga­lán, cabecilla de los comuneros de Charalá, de quien puede afirmarse que sobresale como el toro en medio de la vacada. Es un mestizo enor­me, vigoroso, de piel no obscurecida por sangre de negro, pero sí tostada por el aire libre. La frente altiva. Su figura es hermosa, curvada apenas la nariz aquilina; negros y brillantes los ojos; veloces las miradas. Es pobre y valeroso, y va en la tropa sin otra ambición que la de hacer libres a los pueblos. Fue el primero en llegar a Puente Real, y quien con los de Charalá cayó antes que ninguno sobre las cajas de la expedición [:…].

El, quien al ver que iban a robarse la plata, se enfrentó a la plebe y le dijo: "No hemos venido a robar, sino a buscar la libertad: que na­die ponga la mano sobre esta plata puerca del gobierno de Santa Fe". Los indios le oían casi atemorizados. Que uno de los de abajo hablara tan alto y tan bien, era cosa de poner pasmo. Le seguían como perros. Agitaba el viento la corrosca y con recia voz gritaba: "¡Adentro los co­munes de Charalá! ¡A Santa Fe! ¡A Santa Fe!"

Y el agua mansa de la gente se precipitaba detrás de José Antonio Galán, como si él fuera su desnivel y su destino

Germán Arciniegas, Los comuneros

GERMAN ARClNIEGAS (Bogotá, 1900). Atildado periodista, original en los Ensayos, ha logrado enfoques nuevos en los episodios de la literatura nacional. Su curiosidad turística ha dado origen a numerosas crónicas y artículos periodísticos. Obras: Biografía del Caribe, El caballero de la mesa redonda, Los comuneros, de donde tomamos el fragmento anterior.

En el texto transcrito vemos narrado en forma viva (ya que lo hace en un presente histórico) un hecho fundamental en la historia nacional: el levantamiento de los comuneros, comandados por José Antonio Galán, y su llegada a Zipaquirá.

Los dos textos citados se diferencian por el fondo o contenido: el primero es una anécdota con que se quiere exaltar la valentía del llanero. El segundo es un hecho histórico porque los episodios, los personajes y los lugares son verídicos.

 

a. Fondo y propósito

 

Además del contenido o desarrollo del tema, los escritos se pueden diferenciar por su propósito.

El fin o propósito es el motivo por el cual se hace algo. El propósito que per­sigue un escritor al hacer un libro para indicar a los agricultores cómo se cosecha mejor el trigo o el algodón, es diferente al de un político que expone sus ideas sobre el gobierno, o al de un investigador que registra los hallazgos en cuestiones de medicina.

Todos los libros que se escriben para enseñar, son didácticos. Cuando algunos plantean una discusión sobre determinadas teorías son polémicos. Cuando llevan el fin de hacer reír son humorísticos. Cuando defienden doctrinas y principios re­ligiosos o políticos, son apologéticos. Cuando simplemente buscan informar son informativos; y cuando se escriben para distraer son recreativos.

Así, pues, en todo texto podemos distinguir el contenido, o sea el desarrollo del tema y el propósito, es decir, la finalidad que tuvo el autor al escribirlo.

 

b. Nivel de la lengua

Nótese que en cada texto el autor utiliza la terminología especial de una rama del saber.

En la anécdota leída, se registran maneras expresivas propias de un hombre rudo: "mi generá", "pa espantá", "aqueyos" (pronunciando la ll como y) "góos, náa" (suprimiendo la d entre vocales).

El autor de Los comuneros, narra en su lengua culta y en presente histórico para hacer ver con más realismo los hechos, como si estuvieran sucediendo en el momento actual.

 

RESUMEN

  1. Texto es un escrito de cualquier extensión y sobre algún tema.

  2. Los textos se diferencian por su fondo o contenido y su propósito.

  3. El fondo es el desarrollo de las ideas del tema.

  4. El propósito es la intención que tuvo el autor al escribir la obra.



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