La Interjección
La interjección expresa estados de ánimo. Se trata de partículas que a veces equivalen a toda una oración, por lo cual suele llamárselas también palabras
oracionales:
Ejemplo:
—¿Comprendes?
—¡Bah!
Desde un punto de vista semántico, las interjecciones expresan:
— admiración: ¡ah! ¡huy! ¡oh!
— duda o menosprecio: ¡bah! ¡ajá! ¡quia!
— dolor: ¡ay! ¡huy!
— saludo: ¡hola!
— impaciencia: ¡caramba!
— aliento: ¡ea! ¡dale!
— desagrado: ¡aj! ¡puaf! ¡puf!
— cansancio: ¡uf!
Convencionalmente se utilizan las siguientes interjecciones:
Para animar a las bestias: ¡Arre!
Para ahuyentar gatos: ¡Zape!
Para espantar animales: ¡Fuera!
Hay, además, una larga serie de palabras —sustantivos, adjetivos o verbos— que, usadas como interjecciones, pierden su contenido semántico inicial y adquieren otro.
Ejemplo:
i Al diablo!
¡Vaya!
¡Por Dios!
¡Virgen Santa!
¡Por mil bombas!
¡ Rayos y truenos!
Ocurre lo mismo con algunas oraciones:
¡Qué tal!
¿Qué me dice?
¡Váyase al diablo!
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interjeccion para ahuyentar animales
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