Reglas Ortograficas de la c s z





UN CUMPLEAÑOS

El día que cumplió treinta años, Andrés del Campo estuvo preocupadísimo, nervioso. Siempre había pensado con inquietud en esa edad en que hay algo muy bello que concluye y algo muy serio que comienza. Y aunque en la primera parte de su juventud no había podido ser tan feliz como él lo soñara, amaba ese período de la existencia en que todavía flota en el alma un raro ambiente de locura, de bohemismo, que tiene para ciertos temperamentos un singular encanto.

Andrés, al llegar al temido día de cumplir treinta años, pen que estaba ter­minada su juventud, que había llegado a una cumbre donde empezaría a descender.

Y estuvo preocupadísimo, nervioso.

Desde que despertó y vio cerca de su escritorio el calendario con la fecha natal, fue sobrecogido por una emoción de disgusto, de cólera, que luego degeneró en tristeza, en reflexión íntima y dolorosa.

Permaneció en el lecho, tendido, inmóvil como un muerto, con la mirada fija en un punto cualquiera, esforzándose por no pensar.

La luz de la mañana entraba sutil y brillante en largas franjas, cortando la semioscuridad de la habitación. Andrés se volvió bruscamente para mirar ese rayo de sol del día enemigo y luego inconscientemente se quedó mirando los átomos que se agitaban en las doradas cintas luminosas. Afuera se sentían los primeros rumo­res de la ciudad que despierta.

 

Isaías Gamboa, La tierra nativa

 

ISAIAS GAMBOA (Cali, 1872-E1 Callao, 1904). Autodidacto, profesor, escribió la novela Tierra Nativa, en que se combina la descripción de la naturaleza con los sentimientos perso­nales del escritor. En la colección de poesías Flores de otoño se caracteriza por sus logros como imitador del poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer.

Hemos subrayado unas sílabas o un grupo de letras de algunas palabras del fragmento anterior, con el objeto de fijarnos en ellas y sacar algunas deducciones ortográficas.

Observemos que, palabras como ocupadísimo, altísimo, feísima, etc, son super­lativos por tener la terminación ísimo, ísima; deducimos que todos los superlativos en ísimo, ísima se escriben con s.

Nervioso, precioso, luminosa, laboriosa, son adjetivos; podemos concluir que los adjetivos terminados en oso, osa se escriben con s.

Hay palabras como consciente, inconsciente, ascender, descender en que con­curren las consonantes sc. No hay normas fijas para el uso de SC; la razón está en su derivación de palabras latinas (scire = conocer; ascender y descender = ascender y descender). Debemos en casos similares recurrir a las familias de pa­labras :

ascender
ascensor
ascenso
ascensión
descender
descenso
descendimiento
descendido
consciente
conscientemente
inconsciente
inconsciencia
descifrar
descifrado
descifre
descifrador

 

 

 Semioscuridad, semicírculo, seminterno, son palabras formadas con el prefijo semi (casi, medio); concluímos que el prefijo semi con que se forman algunas pa­labras se escriben con s.

Sentir, sentimiento, resentido, consentir, asentir, presentir, etc. Todas las pala­bras afines de sentir llevan s en la raíz sent.

Con c encontramos palabras como cierto, ciudad y los afines de estas: certeza, certero, acertar, acierto, acertijo, certificar, ciudadano, citadino, ciudadela, civil, civismo, civilización, vica, incivilizado…

Por otra parte, hallamos palabras como emoción, habitación, existencia; obser­vemos cómo estas palabras se derivan de emotivo, habitado, existente para sacar esta conclusión: las palabras que terminan en los sufijos ion, ia y se derivan de otras que tienen t o d en la raíz, cambian la t y la d por c, antes, de tomar dichos sufijos:

prudente
prudencia
existente
existencia
emot-ivo
emoc-ión
habitad-o
habitación

 

Con z hay palabras como esforzarse, que viene de esfuerzo, y ésta a su vez, de fuerza.

La z se cambia en c cuando le sigue una de las vocales e, i; feliz, infeliz, felici­dad, felicitación.

Si conjugamos los verbos empezar y comenzar, observamos la constancia de la z a través de todas sus formas, y de la c en los casos en que sigue e: comienzo, co­menzamos, comencemos.

triste
pobre
puro
bajo
franco
da
da
da
da
da
tristeza
pobreza
pureza
bajeza
franqueza

 

Los nombres abstractos terminados en eza y derivados de adjetivos, se escriben con z.

No están comprendidos en el caso anterior los femeninos de algunos sustanti­vos como: condesa, princesa, alcaldesa, vampiresa.

 

RESUMEN

  • Se escriben con s los sufijos ísimo, ísima, oso, osa de los adjetivos; asimismo las palabras que llevan el prefijo semi.
  • La c sustituye a la t antes de los sufijos ion, ía, y a la d en otros casos. La z se cambia por c antes de e, i.
  • El sufijo eza con que se forman algunos nombres derivados de adjetivos se es­criben con z.
  • La derivación es la mejor guía para deducir la escritura de muchas palabras.


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