El Romanticismo Literario

En España, el romanticismo, sin producir, ni de lejos, una literatura de calidad comparable a la del siglo de oro, tiene la virtud de enderezar el rumbo mediocre que había caracterizado la producción literaria del siglo XVIII.

La revalorización del pasado nacional que llevan a cabo los escritores románticos de este período comporta, de un lado, el abandono de la estética neoclasicista —de claro predominio en las últimas décadas del siglo XVIII— y, de otro, el entroncamiento con la genuina tradición literaria del país.

El triunfo de las ideas románticas se produce en España de modo bastante retardado en relación con otros países europeos. Ello es debido, entre otros factores, a la pervivencia del Antiguo Régimen, encarnado en la monarquía absoluta de Fernando VII. Al igual que en Francia, también la equiparación entre el romanticismo en literatura y el liberalismo en política tiene sentido en España, aunque no siempre van emparejados. Sea como fuere, no obstante, el hecho es que la nueva estética romántica no se impone hasta después de la muerte de Fernando VII, acaecida en1833, es decir, hasta la crisis definitiva de la monarquía absoluta.